martes, 27 de abril de 2010

Argumento: Corre el mes de junio de 1955, Japón después de diez años de haber perdido la guerra se encuentra socialmente devastado. En esta crisis social, los más afectados son las mujeres, ancianos y niños, y el clima de injusticia se percibe en todo el lugar. Asimismo, la violencia forma parte de la vida de diaria de muchos jóvenes. Implicados en diversos casos de agresión, estafa y hurto, seis jóvenes con edades alrededor de los 17 años son trasladados a la escuela especial disciplinaria de Shonan. Durante su traslado, en un día lluvioso y oscuro, son llevados esposados y encapuchados en un transporte público provocando la desaprobación de los pasajeros y el rechazo, al punto de que incluso un acto cordial es reprobado; una niña deja caer su muñeca y uno de los prisioneros al intentar devolvérsela provoca el llanto de la niña, quien una vez los delincuentes son dejados en su destino arroja la muñeca por la ventana. Este acto impropio es castigado por uno de los guardias quien les recuerda que no merecen siquiera tocar pertenencias ajenas. Ya en la escuela disciplinaria, son llevados hasta el consultorio del Dr. Sasaki para un examen de rutina, aunque totalmente falso, cuya única finalidad es quebrantar su determinación. Tras haber sufrido esta vejación son conducidos a la celda seis del complejo dos para su confinamiento. Allí se encuentran con un hombre leyendo que los ignora totalmente, y tras ser provocado los desprecia y ridiculiza; aprovechando su superioridad numérica deciden atacarlo, pero el hombre se pone de pie y revelándose como un boxeador les da una golpiza a todos. Ante el alboroto el guardia que los trasladó llega y da un castigo ejemplar al boxeador, aprovechándose de su cargo, para luego ordenarle a los demás que también lo ataquen para vengarse, a lo que se niegan. Dispuesto a castigarlos a ellos también, es detenido por el hombre a quien se le creía inconciente tras la golpiza. Aboga por ellos y también llega el Dr. Sasaki para detener al guardia. El hombre cae desmayado en la habitación; luego de recobrar el conocimiento agradece a uno de los jóvenes el haberle limpiado la sangre y decide fumar el cigarillo que ofreció antes otro de los recién llegados. Se presenta como Sakuragi y les ofrece fumar con él; a partir de ese momento viendo su naturaleza fuerte y bondadosa será como un hermano mayor durante los dos años que aparentemente estarán confinados en ese lugar.

"No... temas... pequeña... no... te... haré... daño..."
Una nueva forma de hacer que los niños hagan sus deberes o terminen la comida

Impresiones: En determinados contextos de producción masiva, ligados a estrategias comerciales y ajenos a la demanda de la revitalización y profundidad fuera del entretenimiento, como respuesta a necesidades básicas y fisiológicas de un colectivo erotizado por la mass media y la coyuntura, surgen planteamientos – a veces – peculiares. Tenemos así, que una propuesta no necesariamente fresca es capaz, dentro de los márgenes de su densidad, de aliviar el panorama coercitivo del conformismo consumista, engrosando la fila de la resistencia creativa en un periodo dado. El seinen, género que tomando su raíz se deduce orientado a un público conformado por jóvenes y adultos, ha aprovechado las tendencias – sin escapar a ellas del todo, pues la limitación primaria siempre será la tecnología de la época – para abrirse camino entre demandas alternativas de información, conocimiento y arte – nótese el orden y confróntese. En un contexto donde el público objetivo está delimitado por una nacionalidad en particular, el sector destinatario de las producciones percibe la generación de contenidos en base a su propia necesidad mayoritaria, ya que establecer el punto de equilibrio de oferta y demanda forma parte de la supervivencia del mercado. Si consideramos estas premisas, podemos preguntarnos cómo lo alternativo y su grupo “minoritario” demandante, es capaz de sobrevivir en una situación que comercialmente parece ser hostil. Pues la respuesta es sencilla, aquella situación es hostil en apariencia. El consumo de historias adultas en productos como manga y anime en Japón está determinado por diversos factores que al igual que las tendencias coyunturales le garantizan su subsistencia y progresivo desarrollo.

Representación del gobierno Japonés y UNESCO castigando al
fan service, el ecchi, el loli, el shota, el hentai y el yaoi (sí, denle duro a ese)


Dejando de lado el aspecto más convencional que otorga al factor de constancia creativa la aparición de historias “serias”, podemos atribuir las preferencias por el género seinen no solo al sector asiduo de suspense, sino a colectivos como el masivo, adulto y foráneo. Para sostener esta afirmación consideremos que al incrementarse el número de consumidores en un universo o muestra estadística, las probabilidades de la aparición de más consumidores de un género determinado se incrementan en base al número del total y eso rige para el caso de los extranjeros. En el caso del sector adulto, consideremos su preferencia por la media durante su periodo de infancia, adolescencia y juventud, por lo que esta evolución generacional deviene en un natural cambio de preferencias, por lo general hacia lo maduro – no es una regla absoluta. Y finalmente, el más interesante, es que dentro del consumidor masivo existen géneros que si bien tienen un nivel bajo de demanda poseen un porcentaje mínimo de interés que sumado al de sus similares consumidores se incrementa exponencialmente y sufre variaciones a favor, tomando en cuenta el crecimiento adulto mencionado antes. Es así como en estos tres niveles podemos observar la respuesta al porqué un género adulto es de interés para la industria si resulta tan “alternativo” en apariencia; el mercado es mediado por la oferta y demanda, pero esta es fluctuante y depende de preferencias cambiantes tanto por factores exógenos (moda) o biológico-sociales (madurez). En este escenario, aparece el estudio Madhouse con una propuesta que evolucionando a lo largo de los años cubre un importante porcentaje (cfr.) de producciones adultas. Este estudio ha producido una larga lista de títulos provenientes de fuentes diversas como novelas y mangas, adoptando características reconocibles en forma y fondo – llámese, estilo de animación y argumento, respectivamente, con énfasis en el thriller – convirtiéndose casi en emblemático del género. Estas preferencias son efectivamente mediadas por factores estratégicos como demanda y tendencias, pero pese a este filón comercial no ha perdido las constantes, manteniéndose auténtico en su espíritu, incluso sin contar con una organización creativa con base común (Gainax, Shaft, IG), poseyendo sólo colaboraciones, con resultados felices.

"Abra la boca por favor"
Examen: Amígdalas
Motivo: Rutina
Dificultad: ¡EXTREMA!

La historia de Rainbow - Nisha Rokubō no Shichinin, es una adaptación del manga de George Abe (guión) y Masasumi Kakizaki (dibujo) ganador del premio Shogakukan en el 2006, que en líneas generales desarrolla la historia de siete jóvenes recluidos en un reformatorio. Esta premisa propicia el desarrollo dramático de cada uno de los episodios y el staff entiende muy bien eso pues pese a contar con los habituales veintidós minutos promedio provoca una sensación de brevedad. Esto ocurre por la concentración de emociones que se genera y espera despertar en el espectador, lo cual desarrollaremos más adelante. En argumentos de este tipo es sabido que el uso de referentes incorporados en el saber popular o cultura pop provenientes del arte o literatura son fundamentales, y siendo utilizados por adaptaciones previas del estudio, en concordancia con el guión original se nos introduce a un universo controlado meticulosamente. El clima es hostil y el reformatorio es oscuro, las tomas introductorias lo muestran como impenetrable, como una fortaleza bajo la lluvia, lo cual es el referente clásico del gótico y sus recursos de formato: día tormentoso, separación del colectivo, ingreso a lo desconocido, fortificaciones intimidades, etc. – solo descarten la damisela en peligro –; de otra parte, los huérfanos y reformatorios también se trataron antes en Monster. En el contexto histórico, el Japón de 1955 fuera del clima político que desencadenara la sucesión y disputa de los partidos liberal y demócrata, y su radical incremento de valor inmobiliario, padecía tras haber perdido la guerra, de los efectos habituales en estos casos: violencia, caos, desunión, subversión, y demás actos combatidos con políticas represivas de las libertades. En efecto, tal como se indica en la serie, los grupos minoritarios más débiles padecieron lo peor y aquí está el referente de la historia que apela al recuerdo japonés y su correlato histórico. Estos breves ejemplos sitúan el marco propicio para generar impacto, pero añadiendo vectores que no convergen en el drama histórico necesariamente. Para complementar este apartado, hallamos en la animación y música de la serie, las habituales técnicas de Madhouse con la animación, presentando una coloración oscurecida en un nivel simbólico y en uno real o ambiental – siempre desafiando la percepción del contraste de cualquier pantalla y retina –, y con la música, eligiendo el post-rock en la tradición de Hideki Taniuchi (Akagi, Kaiji, Death Note y Aoi Bungaku); combinación más que perfecta para el particular, al conseguir respaldar la manipulación emocional.

Un clásico, "Falcon Punch!"

El manejo de la emoción es una técnica muy importante para este episodio que logra condensar en una extensión regular, emociones que en sincronización con el espectador desencadenan reacciones muy bien perfiladas. Mencionamos la aparente brevedad del episodio, o al menos la percepción del mismo, ya que incluso en visionados sucesivos el efecto soporta la repetición y se decanta por su sólida premisa, resultante de amalgamar recursos (historia, secuencias, situaciones, diseño, tiempo, simbolismo y música) y suponer como factor imprescindible, la emoción o mundo moral del espectador. Un drama de esta naturaleza despierta en el televidente emociones que son justificadas al asimilar el relato, disponiendo de un grupo de personajes marginales en situaciones de vulnerabilidad y desasosiego. Durante el largo del capítulo se los ha visto padecer del rechazo justo/injusto, de su vejación física y moral, del quiebre de sus umbrales morales e ideológicos y de la re-humanización a través de la esperanza o promesa del resarcimiento. Encarnada cada emoción en un personaje, los conflictos fungen como vorágine en un mundo endurecido que clama por la compasión del público, algo propio de un discurso enarcado como populista, pero válido en pos del arte/animación/historia. El uso de una narradora refuerza el ritmo expositivo con cadencias e inflexiones que en voz de Megumi Hayashibara – hecho que se agradece en grado sumo – funcionan en todos los niveles planificados, haciendo poética la trama violenta y dura que pretende venderse – y que realmente es. Esta condensación mantiene en un estado peculiar los minutos porque parece adolecer de un crescendo claro, y se suspende en un tempo de revelación y climax poco común, más ligado a un esquema de prólogo que de introducción. Lo cierto es que una síntesis de este tipo con sólo picos dramáticos disimula el crescendo a partir de un hecho de por sí climático, ocultándolo, pero que funciona a discreción en fibras emotivas conscientes e inconscientes. El drama entonces estalla a cada momento, desde el primer segundo y sigue en ese nivel de éxtasis durante su exposición cambiando de leitmotiv a merced de la evolución de personajes – obsérvense los cambios de perspectivas y visión del mundo a lo largo del capítulo.

Estos chicos son un desastre, literalmente. Miren este rostro

Otro de los hechos que conducen el manejo del espectador es la relación de los personajes con los demás y el simbolismo que entraña la evolución de planos hasta el evidente cambio final. Quizás el elemento más claro de cambio, progresión y avance sea, además del cambio y desplazamiento de planos espaciales, la transformación anímica del grupo, coronada por el simbólico cielo despejado en el final del episodio. Se abre y cierra con paisajes claros, soleados, esperanzadores y vivos (el árbol tallado) que son diáfanos en sí, pero melancólicos como vemos en gran parte de la animación, oscura y opresivamente densa. La relación con los demás no es agradable, se muestra tergiversada por malos entendidos, supuestos y prejuicios cuyos ejemplos son: la niña rechazando la ayuda de Jou, el guardia golpeando en todas las ocasiones a los reclusos, la vejación sexual del doctor de la escuela y el escarmiento de Sakuragi – que los golpea en dos niveles el físico y el espiritual. Estas relaciones conflictivas no son, sin embargo, lo suficientemente fuertes como para no ser contrarrestadas por el resarcimiento. La luz no está privada al recuerdo o a la exterioridad del relato sino que está esperando allí, los aguarda hasta que comprendan que el mundo que conocen los hace víctimas de su propia ira. No es hasta que Sakuragi los golpea y los sermonea, que logran entender su situación real. No podían ver la luz de esperanza porque estaban sumidos en el odio, pero en esas fauces la luz del resarcimiento aguardaba ser despertada y Sakuragi, quien la tiene de su parte, y conoce además el infierno, se las muestra, siendo castigador y salvador al mismo tiempo. Por esto, no es gratuito el hecho de que la única ventana que ilumina parcialmente la habitación siempre esté frente o a espaldas de Sakuragi. Esta se convertirá luego en el medio conductor para el acceso a la esperanza, o al menos a su promesa, porque son re-humanizados; han sido llevados hasta allí en sentido estricto para cumplir sus penas, pero también para conocer el resarcimiento. Sakuragi encarna esos valores ideales que ellos requieren para estar completos y seguros, porque esa seguridad de hermano mayor (aniki o anchan como lo apodan), con enfoque épico, varonil y delincuencial es paradigma – el concepto de kakkoii es llevado al extremo de lo dramático. Véase el diseño, voz, entonación, y postura de Sakuragi. Rainbow es una serie que condensa múltiples emociones sin sacrificar lo verídico y realista logrando un climax – usemos epicness por capricho – verdadero, lo cual es un gran acierto. Esta es una producción lograda que soporta el análisis y el múltiple visionado; una historia adulta de mano de los cuasi-especialistas del género (Madhouse) en un periodo saturado de producciones masivas que ya agotaron sus recursos y presentan, sino decadencia, sí transformación (para bien o mal). En síntesis, una de las series seinen de visionado obligado en esta temporada, y digo una, porque hay más títulos – los revisaremos aquí también: Sarai-ya Goyou, Senkou no Night Raid y Yojo Han Shinwa Taikei – del género que “aparentan” ser interesantes en esta primavera 2010.

Michael Scofield y compañía posando para el póster de Prison Break

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1 comentarios:

Daniela. dijo...

Una de las mejores series de anime que he visto en mi vida. Saludos.