viernes, 19 de abril de 2013

Robert Smith (Foto de El Comercio)

El día de ayer, miércoles 17 de abril de 2013, será un día histórico musicalmente hablando, tanto a nivel local (Lima – Perú) como a nivel personal y es que el primer concierto de The Cure fue sin lugar a dudas uno de los mejores ofrecidos en los últimos tiempos. Esta visita postergada por mucho tiempo y sin razones aparentes, ha saldado su deuda con creces, ofreciendo un espectáculo a la altura de las expectativas y más. La consigna era clara, premiar a Sudamérica con una gira única, de grandes éxitos, la primera y probablemente última visita, y hacerla grande, poderosa, pero a la vez íntima y cómplice. Se cumplió. Cuando Smith dice que aún se siente con la actitud “punk” se le cree, pero ayer se demostró que no solo es una consigna; pese a que musicalmente su vertiente no está limitada a ese género de los tres acordes. Pero veamos cómo fueron los previos.

Desde una semana atrás los aficionados con más tiempo (no digo más acérrimos, pues yo soy uno de ellos y no hice lo que estos) acamparon en las afueras del Estadio Nacional, esperando sacar el máximo provecho a su entrada en campo A o B, probablemente. La espera lo valía, y tuvo su recompensa ya que Tim Pope, mítico director asociado a la banda se dio un paseo por el lugar para levantar algunas declaraciones y filmar material para el dvd doble que registrará esta gira LatAm2013. Algo curioso es que en el timeline de Twitter de Tim y en el de CraigaCof (un aficionado con mucha información de la banda desde “dentro”) hacían referencia al “arte” de las quedadas o acampadas en Lima, ya que todos tenían a alguien esperando, un amigo, un hermano o hasta un perro (risas). Con eso basta para hacer referencia al momento previo al concierto, pues cada uno, dependiendo de su grupo de amigos y la zona a la que asistiría tendrá su propio anecdotario. Así que me limitaré a mi experiencia, coronada por el “meet and greet”.

Los teloneros
 
Desafortunadamente (o afortunadamente, dependiendo de cómo se vea) no pude escuchar a los teloneros. Ese fue el precio del meet and greet, un precio ínfimo y risible; no desmerezco a las bandas, que pese a no ser de mi agrado fueron elegidas por el mismo Smith, simplemente sentí perder poco. Aún así, pude escuchar algo de la percusión de Kinder desde afuera, y parte de la canción final de Resplandor, y ambas piezas me agradaron. No hay mucho que decir sobre este apartado.



El Concierto

Se hubiera creído un inicio en punto, cual hora inglesa, pero tuvimos que esperar media hora, lo cual se le perdona a la banda. Quienes hemos seguido la gira LatAm2013 ya conocíamos el setlist principal, y las sorpresas y especulaciones se orientaban más al lado de los encores. Open sería el tema elegido para abrir el concierto, un tema poderoso, de rítmica guitarrera bien definida, proveniente de esa joya que es el disco Wish – Disintegration es mi disco favorito y el 2do. Pornography, pero para un guitarrista, Wish es el más notable. Tal y como dicen las demás crónicas, un tema poco conocido para los oyentes eventuales, aún así, la banda se mostró solvente y Reeves pese que a mi parecer no llena los zapatos de ese genio que es Porl Thompson, estuvo sólido en la guitarra. Simon Gallup siempre salta mientras toca el bajo, y no es poco habitual verlo con pasos exagerados y contoneos a lo largo del show, pero me sorprendió que en el primer tema estuviera tan dinámico como si se tratara del ápice del concierto. Sin dudas todo pintaba muy bien. Cooper en su batería y Roger (Mr. Tambourine Man) estaba más cómplice que nunca en los teclados.

Los siguientes temas High y The End of World evidenciaron desde el principio la división de los seguidores. La primera fue bien recibida con movimientos y alegría nostálgica, cosa que desapareció en The End of the World. El hecho de que este tema pertenezca uno de los más recientes trabajos de The Cure (su disco homónimo), y por tanto, de los menos apreciados a nivel nostálgico pese a ser bueno, explica por qué el público no reaccionó; sea por el clásico público “frío” de Lima (yo usaría calificativos despectivos e insultos a mansalva) o porque empezaron los problemas técnicos, el tema no funcionó del todo bien. Así es, veo que pocos han resaltado eso, además de la acústica del Nacional, no se ha hecho referencia a las fallas de equipo y las de la banda. Lo segundo se perdona, porque se corrige sobre la marcha (allí está el espíritu punk al que Robert hace referencia), lo primero no.

El trío que vino luego fue fenomenal, Push, In between days y Just Like heaven lograron levantar los ánimos a todos. Allí empezaba a creer que el público sí podría dar la talla más adelante. Es necesario destacar que Push inició con acordes diferentes, ya sea por la improvisación, por culpa de los destiempos de Reeves/Cooper o por la Schecter Ultra Cure de Robert – amo mi Schecter PT, pero prefiero, al igual que su técnico, que use sus guitarras vintage. Y eso que la Ultra Cure no solo es un modelo signature, sino que Robert se implicó bastante en su desarrollo. In between days tuvo una versión un poco más eléctrica de lo habitual, pero no sonó mal y Just like heaven ya nos adelantaba a un Smith hiper teatral durante toda la noche.


From de edge of the deep green sea fue sin dudas una de las canciones mejor ejecutadas del concierto, potente, agresiva, melancólica, con un crescendo maravillosamente tortuoso, letra desgarradora y ese arreglo de guitarras monstruoso, marca registrada del Wish. Increíblemente la gente yacía inmóvil, algo inconcebible para un aficionado de la banda. Una pena total, aún así, la banda dio el todo por el todo en ese tema y fue perfecto. Pictures of you y Lullaby lograron levantar los ánimos, la primera hizo levantar los brazos por momentos para recibir los cánticos de Smith y empaparse de la melancolía lírica y poesía musical del tema. Un tema grandioso, ejecutado de manera solvente y muy bien recibido, hecho que provocó que Robert volviera a despabilarse con el siguiente tema. Lullaby fue todo un espectáculo, una puesta en escena maravillosa, con una banda tocando milimétricamente la historia de terror y un Rob que cantaba y contaba con sus brazos y ademanes la pesadilla del hombre araña y su víctima. Aquí Bob estaba concentrado y metido de lleno en el papel, actuaba, era devorado, aprovechaba la catársis del golpe con el micro para adornar su performance con un escupitajo. La improvisación perfecta.

Fascination street y Sleep when I’m dead pese a ser un tema formidable y uno bueno, respectivamente, sonaron mal. La calidad de audio en el inicio de Fascination fue terrible, la saturación de los bajos y el gain de los amplificadores de guitarra evitaban que se identifiquen las notas. Robert no sabía cómo encajar sus acordes porque no se escuchaba. Gallup se tuvo que pegar a su amplificador para poder escucharse. Pasado el largo intro lograron acomodarse sobre la marcha y pidió a los técnicos que revisen en lado de Simon. Sleep sufrió la misma suerte, de hecho tuvo un bochornoso acoplamiento agudo que por un segundo opacó la voz de Smith. Aún así, lograron sacarla adelante y terminarla de forma decente. Al finalizar, Robert comentaría las fallas al inicio y la calidad del sonido. Un cambio de guitarras y pasaron a otro trío interesante.

Play for today, A forest y Banana fishbones dejaron cada una su momento memorable. El público respondió bien, como se debía, pues las dos primeras canciones en vivo requieren de la participación del público, tanto en los coros y las palmas. Una vieja tradición que no se ha roto. Confieso que temía que Lima no respondiera a estos códigos, pero por fortuna no ocurrió. El corte post punk del Seventeen Seconds activó el resorte para el slam dance (mosh, moshing, slam dancing, pogo, pogeo) y el coro masivo acompañando las melodías del teclado. Estuvimos lejos del movimiento en el concierto In Orange, pero se hizo lo que se pudo. Pura adrenalina. Otro de los temas mejor ejecutados de la noche, perfecto.


A forest empezó con una dedicatoria a Gary Biddles, amigo de la banda que había fallecido horas antes. Quizás por eso, o quizás por los previos, esta versión de A forest fue magnífica, grandiosa y excepcional. Dos cosas a destacar, primero que para esta canción Rob siempre improvisa un solo, cuya duración varía dependiendo de cómo vaya el concierto y su estado de ánimo. El solo fue apoteósico, duró una dulce eternidad, una maravilla. Y segundo, hacia el final, se acompaña la fuga del tema con palmas en la marcación del bajo, y aquí lo hicimos también. Oficialmente, el solo de Smith y las palmas acompañantes hicieron de esta versión la más larga de toda la gira LatAm2013 hasta hora (7:52min). Una delicia – casi terminamos con las manos destrozadas, pero lo valió. Banana fishbones, que poco tendría que hacer en este grupo merece la mención ya que Robert inició el tema intentando tocar una zampoña que una de las ganadoras del meet and greet le regaló. Un gran gesto.

Continuamos con un cuarteto grande, tanto por lo popular de los temas como por su valor de composición. The walk, nos trasladó de nuevo a una discoteca ochentera, puro baile y marcación sobre un punto. Smith con sus ademanes clásicos se divertía cantando. Mint Car preparó el camino para lo que venía y dejó a las chicas coreando y gritando. Llegando a Friday I’m in love el estadio estalló. Uno de los temas más populares de la banda y más queridos. Curiosamente Robert casi siempre hace referencia a este tema cuando debe justificar los gustos de la gente y su valor intrínseco como composición. Me da la impresión que no le gusta tanto como a los fans. Algarabía total, la canción fue acompañada en su totalidad, casi todos la sabían, y el amor de viernes que se menciona pobló el lugar en un miércoles. Quizás esa algarabía fue lo que desgastó el gran tema que seguía, eso o el desconocimiento del mismo. Otra joya del Wish, vino mi segunda canción favorita luego de Disintegration, Doing the Unstuck. Una pena total que la gente se “enfriara”, pero eso no importó para que yo estalle en alegría y cante la canción, baile, salte y disfrute a plenitud. Aun con todo, la versión tocada en Santiago sigue siendo la mejor de la gira, ya que Robert ha estado usando un cambio de tono para la 2da. estrofa. El verso “Let’s get happy” de la canción se cumplió para mí.



Las siguientes 6 últimas canciones del setlist principal fueron interpretadas de forma correcta, no siempre bien recibidas por el problema de siempre. Trust, una balada maravillosa, nos trajo a un Roger O’Donnell inspiradísimo completando un tema ya perfecto, con unas melodías nuevas bellísimas. Seguimos con Want, esa bomba que inicia el incomprendido Wild Mood Swins, su disco más criticado. Este tema es en extremo poderoso y bien compuesto, denso, con arreglos que recuerdan el horror al vacío. El único gran heredero del estilo de los tres discos previos que nos prepararía para esa desmesura en la interpretación de las posteriores One hundred years y The kiss. Otro tema ejecutado de forma notable. The hungry ghost fue eficiente, aunque conllevó al desgano como siempre, Robert inclusive la cantó en un tono más bajo del habitual. Incluso Wrong number, pese a tener al guitarrista original de la canción, no tuvo el impacto esperado. Después de todo, con el público de Cure pasa algo raro, siempre se margina al miembro nuevo – si no que lo diga Jason Cooper baterista que con más de una década en la banda sigue siendo odiado por todos (me incluyo) y carga con el fantasma de Boris Williams. Reeves es un buen guitarrista, es técnico, pero su estilo no pega con los Cure. El tema fue grabado originalmente con él en la guitarra, pero su abuso del vibrato y esas dudosas escalas ensucian la canción. El tema estuvo muy bien tocado, fue correcto, pero el solo de guitarra en lugar de poner el “extra”, no sumó ni restó, faltó la magia – aún recuerdo cuando Reeves, meses atrás, empezaba a tocar con los Cure y decidió mandarse un solo improvisado en otro tema. Lo único que consiguió es que Robert volteara a mirarlo con cara de “What the fuck, dude. What’s wrong with you!”.


Los dos temas que cerraron el setlist principal fueron One hundred years y End. Este último fue ejecutado correctamente, sin mayores artilugios, con la cadencia propia de la canción y los acordes precisos, casi de forma económica. Sin embargo, la penúltima fue asombrosa. One hundred es un tema muy querido por los fans de la banda y siempre se aprovecha para los solos de Robert. Aquí Mr. Smith dio una clase maestra de cómo se debe tocar la guitarra, alguna vez leí que era el anti-Hendrix, y si bien el calificativo era exagerado pues él mismo no se considera un gran guitarrista, y compararlo con los “virtuosos” es ocioso, sí demostró que es un guitarrista fuera de serie, único e incomparable. Incluso Thompson con todo su genio es diferente, ellos son mis dos guitarristas favoritos y han marcado por mucho mi estilo personal. Su técnica peculiar ha definido todo un género, sus progresiones extrañas, sus escalas interruptas, los slides y la psicodelia frenética que logra sacar de su guitarra, cual grito desgarrado es increíble. One hundred years es un tema oscuro, denso, siniestro, frenético y muchos estuvimos así, desquiciados y convulsionando en una danza macabra guiados por esa lira que perdía la cordura en las manos de Smith. Inigualable.

Los encores

Durante toda la gira LatAmn2013 los encores han sido un tema aparte, y Cure siempre ha levantado expectativas por los mismos a través de los años. En su recorrido por Sudamérica habían estado tocando un 1er. encore temático, es decir, tres temas seguidos de un solo disco y luego proseguían con otro encore variado de grandes éxitos. Brasil tuvo en dos fechas los encores del Disintegration y el Kiss me Kiss me Kiss me. Paraguay tuvo el de Pornography, Argentina nuevamente el Kiss me, y Chile cambió todo el esquema con uno variado. La tentativa para Lima era Pornography o Disintegration, pero al final salimos con un mejor premio. Cuando empezaron a sonar los acordes de The Kiss, pensé: “¡Maldición Robert, ¿no vas a tocar Disintegration? Me las a deber toda la vida!” El Kiss me es un gran disco, pero tenía ganas de escuchar mi tema preferido. Pasados los segundos de decepción, me dediqué a disfrutar de esa maravilla guitarrera que es The Kiss, un tema cuya introducción dura hasta la mitad de la canción. Un tema excepcional, otro de los perfectos del concierto. If only tonight we could sleep y Fight, fueron los siguientes elegidos, que por su factura parecían desconcertar a los no iniciados. Después de todo hablamos del (en palabras de Smith y O’Donnell) el disco favorito de The Cure. Gran encore en donde los enormes labios rojos de la pantalla, extraídos de la portada del álbum hacían un momento único.


Terminado el encore Kiss me, la banda salió unos momentos, y solo quedaba esperar el encore mixto, pero para mi sorpresa y delirio, en la pantalla se encendían pequeñas estrellas y se filtraba un sonido cristalino. ¡Sí! Otro encore temático y es el de Disintegration – exclamé. La banda se reincorporó y ejecutaron las delicias del mejor disco de The Cure. Los temas fueron la etérea y descorazonada Plainsong, la cruenta Prayers for rain y la inigualable Disintegration, el mejor tema que los Cure alguna vez pudieron componer. Eso sí, mí único reparo es que a diferencia de la versión ultra rápida del Entreat y la desgarradora del Trilogy, esta fue una versión calmada, pausada, más emotiva de hecho. Smith parecía cantar la historia del desamor verdaderamente descorazonado. De hecho ha circulado algo que no podido comprobar, y es que solo fue presenciado por quienes estaban pegados a la reja frente al escenario. Robert lloró terminando la canción y se fue raudo finalizando el encore. Cuando regresaron, las palmas respectivas del público se hicieron notar y Roger aprovechó para pedirnos más aún, como si intentara animar a un Robert devastado por lo sentida de su presentación. Si no se comprueba, se sumará a la lista de leyendas urbanas locales; el día en que Robert tocó en Lima y lloró – a su vez, también dijo en otra parte del show “this makes me happy”.


En el encore final podemos destacar el conjunto en general que incluyó los temas Dressing up, The Love Cats, The Caterpillar, Close to me, Hot Hot Hot, Let’s go to bed y Why can’t I be you con los que el público saltó, gritó, cantó y se desvivió. Si tuviera que resaltar los mejores momentos del público y su conexión con la banda serían el inicio del concierto, el último tercio de la primera parte y el último encore. Parecían los singles de toda la vida de cada uno de los asistentes, hits uno tras de otro. Las tres últimas canciones fueron el mejor corolario para un gran concierto. Boys don’t cry, 10:15 Saturday night y Killing an Arab (en una excepcional versión agresiva) movieron a las masas hasta el delirio. La cumbre de la algarabía, el público coreó, marcó el ritmo con las palmas, y se desvivió. Smith en varias oportunidades se señalaba la cabeza con el ademán de la locura, me gustó que alguien lo interpretara como un mensaje de “Uds. están todos locos, me encanta”. No era exacta del todo, pero queda bien usarla. Casi tres horas y media de la maravilla que es The Cure. El sueño de toda la vida cumplido, la deuda saldada, una a la que se le perdona la tardanza, los imprevistos y los olvidos (no recordaba a Smith olvidándose de las letras desde las frenéticas épocas del 82-86). Sin lugar a dudas el mejor concierto de mi vida y uno de los mejores de Lima.



El meet and greet


Gracias al concurso de una radio local (Oxígeno), pude acceder a un pase para conocer a la banda momentos antes del concierto y gozar de una experiencia única. Quienes me conocen, aquellos que han tenido que soportar incontables referencias a los Cure desde épocas de colegio, sabrán que este fue el mejor premio a una vida dedicada y devota. Un concurso con el que ni se me pasó por la cabeza no ganar. Y así, el azar, las coincidencias o lo que fuere premió tantos años de dedicación a la banda. Primer ganador de los ocho, mejor imposible.

Ese 17 de abril por la tarde, ya en la radio con los ocho ganadores – un grupo bastante agradable, por cierto – tuvimos cerca de una hora para conversar sobre nuestra pasión por la banda y todo lo experimentado hasta ese preciso momento. Era de esperarse, pues juntar a fanáticos de algo, desencadena una suerte de convención letrada sobre gustos y preferencias. Así, a las 6:00pm salimos en la móvil la radio hacia el estadio. Ya en él y tras una espera prolongada y las coordinaciones de momento que no faltan – podría ser más crítico sobre este punto, pero prefiero dejarlo así – ocurrió lo que nos esperábamos; la producción de la banda nos advirtió sobre las fotografías y firmas. No se filmaría nada, no se fotografía nada, ningún obsequio se recibe, poco y más, como bromeaban Renato Cisneros y Alfredo Galvez hoy por la mañana, se prohibía mirar y hablar a Robert. Resignados, llegamos a un acuerdo, guardar las cámaras y conservar los discos en las manos para que vieran que éramos fanáticos… y fue la mejor decisión.


La radio nos uniformó con sus polos, hecho que resultó curioso pues Robert lo notó y nos preguntó sobre el atuendo. El momento fue mágico, dispuestos contra la pared (casi literal) recibimos a la banda de uno en uno estrechando sus manos y aprovechando para decirles lo que significan para nosotros. Luego de eso y de bromear un poco con la edad y el atuendo, hubo un segundo, quizás una micra de segundo de incómodo silencio, tras el que vino “…Desean que les firmemos algo” Ya se imaginarán la respuesta. La banda nos firmó todo lo que teníamos y se mostraron en extremo amables, decirle a Robert que gracias a él y su banda me hice músico es incomparable.

Mención aparte merece el hecho de que pude confirmar lo que ya había leído en entrevistas. Roger O’Donnell al darle mi edición doble del Kiss me Kiss me Kiss me dijo “oh, this is my favorite album”. El Sr. Gallup contrariamente a lo que se cree, destruyó la imagen adusta y parca que tenía de él, ya que además de ser en extremo amable, tuvo tiempo para compartir opiniones conmigo acerca de bajos, luego de decirle que yo además de la guitarra también tocaba ese instrumento. Tim Pope también estuvo por allí y mandó una cámara para filmarnos brevemente. La envidia más mordaz y visceral (es broma), es la que tuve de Antonio, otro de los ganadores que tuvo la brillante idea de llevar el pickguard de su Fender Telecaster para que se lo firmara Robert… Tengo la desgracia de que todas mis guitarras sean negras o no tengan pickguard y si lo tienen es oscuro, no había forma. Es más, ni se me había ocurrido desarmarlas. De hecho si el meet and greet hubiera sido un día antes, claro que llevaba alguna para que firme el diapasón. Pero ya está hecho, podría haber llevado el pickguard de mi Les Paul, pero sabiendo que Robert considera a ese modelo de las Gibson como “una guitarra hecha para hard rock, y para gente con afición tonta a la velocidad” y la marginaba frente a las Fender; hubiera sido una herejía (risas)


Creo que todos lograron decirle algo a Robert y obtener una respuesta amable, pero él se entretuvo más con los obsequios que le llevo una de las ganadoras. Ella le entregó a la banda zampoñas y pequeños recuerdos artesanales locales que Smith usaría para bromear y divertirse con esa actitud de niño grande que suele tener. Lo mejor de eso, para ella y todos nosotros como fans, es que ya en el concierto, Robert al iniciar el tema Banana Fishbones intentó algunas notas con la zampoña. Magia pura y el premio perfecto para aquella fanática. Fotos grupales, autógrafos en mano y la sensación de haber cumplido un sueño de toda la vida, uno que se hubiera pensado imposible. El concierto fue genial, el conocerlos y departir el “non plus ultra”.


Setlist
1 Open
2 High
3 The End of the World
4 Lovesong
5 Push
6 In Between Days
7 Just Like Heaven
8 From the Edge of the Deep Green Sea
9 Pictures of You
10 Lullaby
11 Fascination Street
12 Sleep When I'm Dead
13 Play for Today
14 A Forest
15 Bananafishbones
16 The Walk
17 Mint Car
18 Friday I'm in Love
19 Doing the Unstuck
20 Trust
21 Want
22 The Hungry Ghost
23 Wrong Number
24 One Hundred Years
25 End
   
Encore:
26 The Kiss
27 If Only Tonight We Could Sleep
28 Fight
   
Encore 2:
29 Plainsong
30 Prayers for Rain
31 Disintegration
   
Encore 3:
32 Dressing Up
33 The Lovecats
34 The Caterpillar
35 Close to Me
36 Hot Hot Hot!!!
37 Let's Go to Bed
38 Why Can't I Be You?
39 Boys Don't Cry
40 10:15 Saturday Night
41 Killing an Arab
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4 comentarios:

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